Introducción
Durante la Segunda Guerra Mundial el carro de combate tuvo un gran protagonismo. Fueron fabricados en grandes cantidades y su perfeccionamiento fue constante. Asimismo, los medios para combatirlo siguieron la misma línea. Estos iban desde la sofisticada aviación de ataque, hasta un simple soldado de infantería. Con medios tan dispares se podía lograr el mismo fin, que era neutralizar al carro enemigo.
Mientras que la aviación podía atacar casi con total impunidad a un carro, el soldado no lo tenía fácil, por lo que se pusieron a su disposición multitud de armas para combatir a esas imponentes moles de metal. Este era el caso de Alemania. Algunas requerían que alguien intrépido se acercase al carro y las colocase en su superficie como era el caso de la mina magnética Hafthohlladung.
Pulsa aquí para ver un vídeo del uso de la Hafthohlladung (0,6 MB)
Otras como la granada Panzerwurfmine permitía atacar al carro desde distancias de hasta 30 metros.
No obstante, este tipo de granadas y minas se mostró poco eficaz contra los carros soviéticos, principal enemigo de la infantería alemana. Esto se debía a que sobre los tanques, los soviéticos a veces transportaban tropas armadas, los llamados jinetes de carros, o bien los acompa�aban a pie, lo que imposibilitaba el acercarse al carro a tan cortas distancias sin recibir una lluvia de balas.
Era necesaria un arma que permitiese atacar con precisión y a grandes distancias sin exponer al soldado. Por otro lado no debía alejarse del concepto del resto de armas anticarro para infantería en lo referente a portabilidad y sencillez de uso. Las condiciones necesarias para que un soldado pudiese atacar a un carro con estas armas se daban en contadas ocasiones, y para poder aprovecharla había que prescindir de complicaciones y permitir que un solo hombre llevase a cabo toda la operación.
Bajo estos requisitos, el Heereswaffenamt (departamento de armamento del ejército) solicitó un arma a la HASAG (Hugo Schneider Aktiengesellschaft) en Leipzig, cuyo diseño corrió de mano del doctor Heinrich Langweiler.
El Faustpatrone
El trabajo comenzó en el verano de 1942 con el diseño de un prototipo a escala llamado Gretchen.
Panzerschreck
|
Es por este método de propulsión por lo que se caracterizaba
este arma y su principal innovación. Comprobada la eficacia del mismo
para esta labor, se realizaron mejoras al Gretchen para hacerlo útil
como arma anticarro, las cuales dieron lugar al Faustpatrone I. Su nombre (Puño-cartucho
en alemán), hacía referencia a su forma de brazo con el puño
cerrado, ya que el arma consistía en un alargado tubo en cuyo extremo
resaltaba una redondeada granada.
Faustpatrone
|
El Faustpatrone I consistía en un tubo de metal de 80 cm de longitud con una carga de pólvora negra en su interior empaquetada en papel e iniciada por una pequeña cantidad de fulminante detonada por el mecanismo de disparo, alojado longitudinalmente en el exterior del tubo. En el extremo posterior había una pequeña cartulina cuyo fin era evitar la introducción de animales u objetos extraños en el tubo que bloqueasen la salida de gases. En el extremo anterior se ubicaba la granada, consistente en una cabeza de guerra a la que se le aplicó una cola de madera que encajaba en el interior del tuvo y que incorporaba 4 aletas metálicas que permanecían plegadas hasta el momento del lanzamiento, tras el cual se desplegaban mediante resortes y ayudaban a estabilizar el proyectil durante su vuelo. Este se desarrollaba a una velocidad de 28 m/s, lo que le daba un alcance efectivo de 30 metros.
Comenzó la fabricación del Faustpatrone I, en agosto de 1943,
de mano de la propia HASAG más como modelo de evaluación sobre
el campo de batalla que como arma funcional, ya que aún quedaban por
finar algunos detalles como era la inclusión de una mira para mejorar
la puntería o el perfeccionamiento de la granada para hacerla más
capaz contra el blindaje de los carros enemigos.
Faustpatrone
|
La granada de carga hueca
Si bien ya dijimos que este arma se caracterizaba por su sistema de lanzamiento, convendría también hacer especial mención a la cabeza de guerra encargada de neutralizar al carro enemigo. Para lograrlo se basa en el efecto Monroe.
Si sobre una plancha de acero colocamos X gramos de alto explosivo y los detonamos,
a lo sumo la abollarán levemente. No obstante, si esa misma cantidad
la aplicamos en un dispositivo entorno a un cono de cobre en la forma mostrada
en la figura, la plancha será atravesada.
Funcionamiento de las cargas huecas
|
Esto se debe al efecto Monroe, cuyo nombre se debe a su descubridor, un científico norteamericano. Al detonar el explosivo, la onda de choque va transformando el cono metálico en un dardo sólido (Que posteriormente se fundirá al atravesar el metal) que viaja a una velocidad de unos 8 km/s y que es respaldado por una enorme presión proporcionada por la onda expansiva. Es usado el cobre gracias a su relación entre densidad, dureza y maleabilidad que permite que se autoforje un proyectil con capacidades para traspasar duros blindajes.
Una vez penetrado el blindaje, por el orificio (1 o 2 cm de diámetro) penetra la onda expansiva prendiendo fuego al interior del carro y/o matando a la tripulación. Estas capacidades hacen de las cargas huecas una excelente cabeza de guerra anticarro utilizada ampliamente en diferentes armas. Un importante requisito es la distancia a la que se produce la detonación, ya que si es muy cercana, el proyectil no habrá tenido tiempo de autoforjarse, y si es muy lejana, habrá perdido eficacia. Para ello, la ojiva que contiene la cabeza de guerra es alargada y hueca, de forma que cuando la punta haga contacto, se detone el explosivo a una distancia idónea del blindaje. De ahí el nombre de carga hueca, también llamada carga conformada.
Además de en este tipo de arma, también es ampliamente usada
como proyectiles de carro de combate para enfrentar a otros vehículos
acorazados, en forma de munición HEAT (High Explosive Anti-Tank, Alto
explosivo anti-carro). Ya se señaló la importancia de la distancia
de la detonación. Esto es para que el dardo de cobre incida sobre la
superficie cuando su diámetro es menor. Esto puede verse afectado en
los proyectiles HEAT si son lanzados por un cañón estriado para
imprimirle giro al proyectil, ya que la fuerza centrífuga tendería
a engrosar el diámetro del dardo. Para subsanarlo se creó un sistema
que mantenía estática la carga hueva dentro del proyectil. Conviene
señalar que en las cargas huecas, la velocidad de impacto no es relevante,
lo que le da una ventaja sobre los proyectiles AP.
Proyectil HEAT
|
Como curiosidad y para finalizar, comentar que la utilidad de este método es tan grande que es habitual dentro de los cuerpos acorazados por ejemplo, instruir a sus miembros en su fabricación con los materiales más insólitos, como sería una botella de cava cortada por la mitad. Su fondo tiene la forma idónea para formar una carga hueca, y una de éstas botellas convenientemente rellenas de alto explosivo podría traspasar gruesos blindajes.