En esta fase inicial del proyecto, se concretó la necesidad de dotar al EE-T1 de blindaje compuesto. Sabiendo que no se tenía dominada esa importante tecnología se opto por la ayuda externa, aprovechando que técnicos de la empresa estaban en África del Sur, gestionando con la empresa ARMSCOR la fabricación de sus piezas de artillería G5 y G6, la corporación sudafricana, que disponía de un proyecto de ese blindaje, lo ofreció para ser usado en el EE-T1. Una vez estudiado y probado fue aceptado, pero las condiciones políticas sudafricanas del momento no permitieron llegar a un acuerdo final.
A estas alturas, ENGESA tenía muy claro que debía continuar el desarrollo del carro y se le encomendó a un grupo de técnicos de la plantilla, dirigidos por dos renombrados ingenieros de esa área, Gerald Cohron y Alan Petit el desarrollo de un blindaje compuesto, para ello, encargaron a la empresa Suiza Oerlikon, un tubo de cañón de 25 mm, para utilizarlo a modo de test en ensayos que fueron realizados en Brasil, en el túnel de balística del Centro Técnico Aeroespacial, utilizando modelos reducidos de blindaje, simularon con las munición de 25 mm los efectos de disparos de 105 y 120 mm, transcurridos seis meses estuvo listo el blindaje compuesto a base de cerámica para ser usado en el arco frontal del chasis y la torre, para otras partes se continuó, desarrollando un blindaje bimetálico mejorando ya uno utilizado en los vehículos Cascabel y Uruto.
A principios de 1983 se inicio la construcción, en primer lugar realizando un modelo a escala real y a continuación el primer chasis. La empresa se fijó un plazo de un año para tener listo el prototipo del vehículo. Para ganar tiempo, la compañía se preocupo solo del proyecto del chasis, y la fabricación de las dos torres fue transferida a la Vickers Defence System, en Inglaterra, siempre bajo supervisión técnica de los ingenieros brasileños.
En torno al cañón de 105 mm rayado, L7/M58, se diseñó la primera de las torres. Esta pieza era la más utilizada en los países occidentales, estando en fabricación en Alemania, Inglaterra o Italia. Era un arma de excelente calidad, precio asequible, munición de fácil obtención y en fabricación por numerosos países lo que repercutía en costes menores y facilidades de suministro.
Para los sistemas de tiro se adoptaron los periscopios belgas marca OLP, el comandante usaba el modelo LRS-5DN con visión nocturna, y para el tirador el LRS-5DNLC, un telémetro láser y computador de tiro, además los espejos de los periscopios estaban conectados mecánicamente al cañón que estaba estabilizado y de esa forma se transmitía su situación a los equipos ópticos.
La segunda torre se proyecto en principio pensando en su utilización
por el ejército de Arabia Saudita, si bien se tenía pensado ofrecer
como opción a cualquier otro país interesado. Esta torre llevaba
un cañón de ánima lisa de 120 mm G1, de la empresa francesa
GIAT, pues con anterioridad se había barajado la opción de montar
el 120 mm L11 británico que era rayado pero su retroceso era incompatible
con un carro de combate de 42 t. No se planteó poner armamento alemán,
debido a los vetos anteriores al proyecto de Porsche.
Osorio realizando pruebas con el cañón de 120 mm
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El tirador contaba con un visor francés de marca SFIM, modelo VS580 VICAS, con visión nocturna y telémetro láser, el comandante contaba con un visor panorámico de 360ª de visión con recursos iguales que el tirador. Se complementaba con un visor panorámico de tiro nocturno fabricado por la Phillips, y monitores de televisión para comandante y tirador, todos los visores tenían estabilizados sus espejos con una precisión de 0,2 milésimas.
Respecto al control de tiro, fabricado por Marconi Command and Control System, estaba centralizado en un ordenador de 16 bits y se encargaba de procesar la información recibida desde varios sensores, munición a emplear, dirección del viento, distancia al objetivo, desgaste del ánima del cañón, inclinación lateral, etc.
Se le instaló también una "ventana de coincidencia", que analizaba la posición del cañón con respecto a la mira del tirador, pues el cañón debido a su peso estaba estabilizado a 0,8 milésimas, siendo mayor la precisión de los aparatos ópticos, que además no siempre estarían apuntando al mismo punto. Esta ventana conseguía que el disparo se efectuase solo, y que su alineación fuese coincidente con la de los periscopios, factor que posibilitaba un gran acierto al primer tiro.
Estos factores intentaban garantizar un alto índice de blancos al primer disparo. El comandante a través de la cámara panorámica, vigilaba el campo de batalla y al localizar un objetivo, apretando un botón gobernaba la torre, podía accionar el telémetro láser y entregar el objetivo al tirador que ya tenía su trabajo parcialmente hecho, pudiendo en caso de peligro efectuar él mismo el disparo.
Por seguridad la munición se almacenaba en la parte posterior de la torre, estando construida la parte superior de esa zona con chapa más fina, para que en caso de explosión, saliera hacia fuera. También separando la munición del resto de la torre, incorporaba una puerta blindada controlada por el cargador.
Obtenido un modelo a escala, se inicia la construcción del primer prototipo en el segundo semestre de 1983 que estará listo en septiembre de 1984, mientras llegaban las torres fabricadas por Vickers, se fueron realizando ensayos de eficiencia y durabilidad del chasis, así como ajustar los parámetros de la suspensión hidroneumática.
En mayo de 1985, se recibe la primera torre y de inmediato se acopla al chasis
del vehículo, tras pruebas exhaustivas el 20 de julio, se envía
a bordo de un B747 de carga el EE-T1 a Al Fhad, a pesar de no ser representativo
de lo que se pretendía ofrecer finalmente, existía un argumento
de peso para tomar esta decisión, que era demostrar a los Sauditas que
el carro era una realidad, que les ofrecían un carro de combate de primera
línea y sobre todo evaluar el vehículo en un terreno totalmente
desconocido para la empresa.
Vista en la que se aprecia la forma de la torre. Este Osorio se encontraba
realizando su evaluación para el ejército brasileño
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Al llegar a Ryhad, coincide con uno de sus rivales el Challenger, que ya había iniciado el periodo de pruebas. El resultado según la empresa fue excelente, salvo unos ligeros defectos de motor, que a la vuelta del prototipo, el fabricante del motor MWM, modificó resolviendo el problema para siempre.
Al mismo tiempo el EB, colaboraba en el proyecto aportando ingenieros de su Centro Tecnológico (Ctex), colaborando en su promoción y avalando el carro de combate, algo imprescindible para su venta.
El EB, realizó 3.269 km de los cuales, 750 en el campo de pruebas de Marambai, un terreno arenoso cerca de Río de Janeiro, evaluando la movilidad del carro, y realizando 50 disparos de 105 mm, para evaluar la torre y sus equipamientos.
A principios de 1986, Vickers entrega la segunda torre con el cañón de 120 mm, que incorpora las mejoras derivadas tras las pruebas efectuadas en el desierto y las del EB. Se instala inmediatamente en el segundo de los chasis comenzando una nueva fase de evaluación, en julio de 1987 se obtiene el prototipo definitivo que ya incorporaba todos los requerimientos para la exportación y los exigidos por los sauditas para poder concurrir al concurso de ese mismo año y al de Abu Dhabi en 1988. Nuevamente se traslada el EE-T1 a Arabia Saudita, donde ya lo estaban esperando los adversarios, Challenguer, AMX-40 y M-1 Abrams, todos ellos fueron tripulados por militares sauditas elegidos por sorteo.
Se realizaron 2.350 km, de rodaje de los cuales 1.750 fueron por el desierto, superando trincheras de 3 m de ancho, salidas en rampa del 65%, rodar por rampas laterales del 30%, test de aceleración, frenos, giro (180º), consumo de combustible (41,67% en el desierto y 29,41% en carretera pavimentada), reparación e instalación de las cadenas (10 minutos para la reparación y 20 para la instalación), seis horas de funcionamiento del motor con el vehículo parado, y remolque de un carro de combate de 35 t, marcha atrás a 6 km por hora durante 10 km.
En la parte de tiro fueron efectuados 149 disparos, siendo 82 en situaciones
de vehiculo y objetivo parado (la distancia mayor fue de 4000 m), vehículo
parado y objetivo en movimiento y vehículo y blanco en movimiento (mayor
distancia 1.500 m).
Vista trasera del Osorio
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En la parte técnica y de ingeniería el EE-T1 Osorio, respondió plenamente a lo que se esperaba, y quedo finalista con el M1 Abrams, quedando descartados Challenguer y AMX-40, esta decisión fue acogida con gran alegría por los brasileños, pues su carro, había superado en los test al Abrams.