EL INTRUDER EN COMBATE
La Guerra de Vietnam
A consecuencia de que el A-6 fue el principal avión de ataque todo tiempo
que la marina estadounidense desplegó en el sudeste asiático, recayó
sobre él una buena parte de las misiones que tuvieron lugar durante esta
guerra. Aunque en sus primeras misiones no tuvo la actuación esperada fue
ganando en efectividad y fiabilidad conforme avanzaba el conflicto, llegando a
realizar cada vez misiones más complejas y peligrosas, la mayoría
de ellas durante la noche y sobre objetivos muy bien defendidos. Debido a que
únicamente habían pasado tres años desde su entrada en servicio
cuando comenzó su participación en la guerra, aparecieron una serie
de problemas que tuvieron que ser resueltos sobre la marcha. El más importante
de estos problemas resultó ser la explosión prematura de bombas
de caída libre, lo que produjo algunas pérdidas de aviones durante
las primeras misiones en combate del A-6. Estas explosiones prematuras eran debidas
a que en ocasiones, un mismo avión lanzaba sobre un único objetivo
un número considerable de bombas, en algunos casos hasta 28 bombas MK-82
de 500 libras. Por lo que era frecuente que algunas de estas bombas chocaran entre
si produciéndose detonaciones antes de tiempo y frecuentemente la destrucción
del propio avión. Este problema se solucionó mediante lanzadores
múltiples, los cuales permitían soltar las bombas mediante pequeñas
detonaciones a intervalos regulares de tiempo. También resulto problemático
el mantenimiento del sistema DIANE sobre el terreno, ya que requería de
muchas horas y de personal especializado, por lo que pasaría un tiempo
hasta conseguir su máxima eficacia en combate. Durante la guerra de Vietnam
los A-6 realizaron en total más de 35.000 misiones, que comprendían
desde el bombardeo de precisión hasta el bombardeo masivo de objetivos,
pasando por las misiones de las versiones especializadas; como las misiones antiradar
del A-6B, la caza nocturna de camiones del A-6C y por supuesto los millones de
litros de combustible que proporcionaron los KA-6D a otros aviones. Cabe destacar
la operación “Pocket money” llevada a cabo por los A-6A del
cuerpo de marines en mayo de 1972 que consistió en el minado de la práctica
totalidad de los puertos más importantes de Vietnam del Norte. En el conflicto
del sudeste asiático se perdieron en misiones de combate un total de 85
A-6A, 18 de ellos pertenecientes a los marines, y un A-6B de la marina, aunque
también hubo perdidas por diversos accidentes, 11 A-6A, 2 KA-6D, un A-6B
y un A-6C, lo que hacen unas pérdidas totales de 101 aparatos A-6 durante
toda la guerra de Vietnam.
A-6A portando bombas MK-82 frenadas en Vietnam
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La invasión de la isla de Granada
El 25 de octubre de 1983 los Estados Unidos comenzaron la invasión de la isla caribeña de Granada, con el nombre en código de operación “Furia urgente”. Un total de 1200 soldados norteamericanos desembarcaron en Granada, entablando combate con el ejército regular de la isla y tropas enviadas por Cuba. Los A-6E del escuadrón VA-176 desplegados en el USS Independence, junto con aviones A-7E y cañoneros AC-130H, jugaron un papel trascendental en dos operaciones fundamentales de la invasión de Granada. La primera de ellas fue la toma por parte de los rangers del aeropuerto Point Salines, que estaba fuertemente defendido por tropas cubanas. Y la segunda fue dando apoyo a los marines que asaltaron la ciudad de Saint Georges. Ningún Intruder se perdió durante la operación “Furia urgente”.
La guerra del Líbano
El siguiente conflicto en el que participó el A-6 fue en diciembre de 1984 durante la guerra del Líbano. Después de que un F-14, que daba apoyo a la fuerza multinacional (MNF) desplegada en Beirut, fuese derribado por un misil sirio, el presidente Ronald Reagan ordenó el ataque a varias instalaciones antiaéreas sirias. En el ataque participaron varios A-6E de los escuadrones VA-75 y V-85 desplegados en el portaaviones USS John F. Kennedy, durante el ataque un A-6E TRAM fue derribado por un misil SAM y sus tripulantes hechos prisioneros, treinta días después estos fueron liberados gracias a las mediaciones del reverendo Jesse Jackson.
Operaciones en el golfo de Sidra.
Como consecuencia de que el líder libio, Muamar Gadafi, declarara el
golfo de Sidra como aguas bajo la soberanía de Libia, tres grupos de
combate de la sexta flota recibieron la orden de realizar una serie de maniobras,
denominadas operación “Prairie fire”, en las aguas reclamadas
por Libia. En marzo de 1986 tres portaaviones estadounidenses cruzaban la “línea
de la muerte” trazada por Gadafi unos años antes. El día
24 de ese mismo mes seis misiles SA-5 fueron disparados desde la costa libia
contra un F-14 que consiguió evadirlos. Como respuesta a esta agresión
dos A-6E del escuadrón VA-34 atacaron a una patrullera libia de la clase
Combattante II G de fabricación francesa, la cual se hundió después
de recibir un impacto directo de un misil AGM-84 Harpoon, siendo esta la primera
vez que se usaba este tipo de misil antibuque en combate. Ese mismo día
aviones A-6 del escuadrón VA-85 lanzaron bombas de racimo MK-20 Rockeye
sobre una corveta clase Nanuchka II de fabricación rusa dejándola
seriamente dañada, no pudo ser hundida ya que está se aproximo
a un buque mercante para evitar un nuevo ataque. También ese mismo día
un grupo de ataque formado por aviones EA-6B, A-7E y F/A-18 atacó y destruyó
el emplazamiento de misiles SA-5 que había disparado anteriormente contra
el F-14. Al día siguiente Intruders del escuadrón VA-55 dañaron
con bombas MK-20 Rockeye a otra corveta clase Nanuchka II, siendo esta finalmente
hundida por un AGM-84 Harpoon lanzado por un A-6E del escuadrón VA-85.
Unos días después de estos ataques, las agencias de inteligencia
estadounidenses implicaron al gobierno libio en el atentado que se produjo el
5 de abril en un bar de Berlín frecuentado por soldados norteamericanos.
Como represalia se diseño la operación “Dorado canyon”,
que consistía en un ataque conjunto de aviones de las USAF procedentes
del Reino Unido y de los aparatos que la marina tenía desplegados en
el golfo de Sidra. El grupo de ataque de la marina estuvo formado por aviones
A-6E, A-7E, F/A-18 y EA-6B. Los objetivos de este grupo fueron el aeropuerto
de Bengazi y las instalaciones militares situadas en Al Jumahiriya. Durante
las operaciones en Libia ningún A-6 fue derribado ni sufrió daños.
Corveta libia de la clase Nanuchka II despu�s de recibir
un impacto directo de un misil antibuque Harpoon
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La guerra de los petroleros
Durante la guerra entre Irán e Irak se produjeron ataques a los petroleros y a los buques mercantes que navegaban por el golfo Pérsico, los irakies atacaban a los barcos que zarpaban o se dirigían a puertos iraníes y los iraníes hacían lo propio con los barcos que partían de los puertos irakies. En los cuatro primeros meses de 1987 un total de 35 barcos fueron atacados en el golfo pérsico, 20 de ellos fueron atacados por Iran y el resto lo fueron por Irak. La mayoría de estos 35 barcos eran petroleros kuwaitíes, por lo que el gobierno de Kuwait pidió ayuda a Moscú y a Washington para no ver peligrar sus exportaciones de crudo, como respuesta a esta petición los rusos cedieron tres petroleros con bandera rusa a Kuwait y 11 petroleros kuwaitíes cambiaron su bandera por la bandera estadounidense. No pasó mucho tiempo hasta que estos barcos fueron atacados por patrulleras iraníes, lo cual provocó que aviones A-6E del escuadrón VA-95 hundieran a la fragata iraní Sahand de la clase Saam y a la patrullera Josham de la clase Combattante II, también resultó dañada la fragata Sabalan. Esta operación fue denominada operación “Mantis religiosa”, y en la misma no resultó dañado ningún A-6.
Operación Tormenta del desierto
El 2 de agosto de 1990 tropas irakies invadían Kuwait haciéndose con el control del país, cinco meses después comenzaba la operación “Tormenta del desierto”, cuya finalidad era la expulsión del ejercito irakí de Kuwait y la restauración de su soberanía. Para llevar a cabo esta misión se envió a la zona ingentes cantidades de material bélico y cientos de miles de soldados pertenecientes a varios países, entre este material se encontraban seis portaaviones de la marina estadounidense con sus respectivos grupos de combate, y como no podía ser de otra forma, en estos portaaviones fueron desplegados siete escuadrones de A-6E. Durante esta guerra, que sería la última para el A-6E, el Intruder no sólo demostró que después de treinta años de servicio seguía siendo un avión válido sino que también superó en algunos aspectos al que iba a ser su sucesor, el F/A-18 Hornet. Las principales misiones que se encomendaron al A-6E, un total de 2617, fueron: la destrucción de centros de control, mando y comunicación; la inutilización de la industria bélica y de producción petrolífera irakí; misiones SEAD y misiones antibuque. El A-6E fue el único avión de todo el teatro de operaciones que consiguió una efectividad del 100% en las misiones SEAD y en el lanzamiento de bombas de caída libre Mk-84, el F/A-18 únicamente consiguió un 43% de efectividad con este tipo de arma. También destacó en las misiones antibuque, las cuales realizó junto con el F/A-18 mostrando ambos aparatos una efectividad similar. Del total de misiones realizadas por el Intruder el 72.5% fueron llevadas a cabo por la noche y la mayoría de ellas a grandes distancias de los portaaviones, lo que destaca su capacidad de largo alcance, el A-6E sólo requirió repostaje en vuelo en el 3,4% de sus misiones mientras que otros aviones de ataque como el F-15E o el F-16 lo requerían en más del 20% de sus misiones. La mayoría de repostajes en vuelo para los aviones de la marina fueron proporcionados por los KA-6D y por aparatos A-6E con góndolas D-704 de repostaje en vuelo. Durante la operación “Tormenta del desierto” se perdieron un total de tres A-6E Intruder, uno de ellos alcanzado por un misil SAM y los otros dos por fuego de AAA, otros tres aparatos fueron dañados por armas antiaéreas pero consiguieron regresar a los portaaviones, dos últimos A-6E resultaron dañados en accidentes a bordo de los portaaviones.
El último vuelo del Intruder
Aunque la versión de guerra electrónica del A-6 todavía
sigue operativa, el 19 de diciembre de 1996 un Intruder de la versión
de ataque A-6E hizo el que sería el último vuelo de este magnífico
avión. Para esta ocasión a un A-6E se le retiró la torreta
TRAM y se pintó con los mismos colores e insignias que tenía el
A-6A que treinta años antes había despegado por primera vez desde
la cubierta de un portaaviones. Después de su larga carrera en la que
estuvo constantemente en primera línea, el gobierno de los Estados Unidos
decidió dar de baja al que probablemente haya sido hasta el momento el
mejor avión de ataque todo tiempo que ha tenido la marina estadounidense.
De los cerca de 300 A-6E con los que contaba Estados Unidos en enero de 1997,
fecha en que fueron dados de baja: 30 aparatos A-6E fueron hundidos en la costa
de San Agustín en Florida para crear arrecifes de coral; 178 fueron enviados
al AMARC (centro de recuperación y mantenimiento aeroespacial), situado
en el desierto de Arizona cerca de la ciudad de Tucson; y el resto fueron distribuidos
para ser expuestos en distintos museos y centros tecnológicos del país.
De los 178 aparatos enviados al AMARC, 100 permanecerán en la reserva
de Estados Unidos y los restantes han sido catalogados como material militar
vendible a otros países. Todos los A-6 enviados al AMARC están
en estado de almacenaje tipo 3000, lo que supone que en 90 días cualquiera
de estos aviones podría estar plenamente operativo.
El 19 de diciembre de 1996 un A-6E hizo el que sería el último vuelo del Intruder
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