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La formación de Malan era muy superior a la tradicional en lo que se refiere a los tres factores de eficacia ya mencionados. La formación abierta con alineación a cola permitía, además de un vuelo más fácil, que los pilotos se concentraran más en localizar enemigos y cubrirse mutuamente sus respectivos ángulos muertos. Cuando en 1941 ya la RAF pasa a una actitud ofensiva, esta formación se convierte en la normal de combate.

También se le debe a Malan los famosos Diez Mandamientos de la Lucha Aérea, con indudables influencias de Boelcke, que sintetizan la esencia del combate aéreo, los cuales se trascriben a continuación:

1. Espera a que veas el blanco de los ojos de tus enemigos. Dispara ráfagas cortas de uno o dos segundos, y solamente cuando los tengas a tiro.

2. Mientras disparas no pienses en otra cosa, tensa todo tu cuerpo, mantén las dos manos en el pulsador, concéntrate en el anillo de la mira.

3. Vigila constantemente. ¡Espabílate!

4. La altura te da la iniciativa.

5. Haz frente al ataque siempre.

6. Toma las decisiones con rapidez. Es mejor que actúes rápidamente aunque tu táctica no sea la mejor.

7. En la zona de combate no vueles nunca en la misma dirección y a la misma altura más de 30 segundos.

8. Cuando desciendas en picado para atacar al enemigo, deja siempre una parte de tu formación por encima de ti, para que te proteja por arriba.

9. “Iniciativa”, “Agresividad”, “Disciplina aérea” y “Trabajo en equipo” son palabras que “Significan” algo en combate.

10. ¡Acércate rápidamente! ¡Golpea con fuerza! ¡Aléjate!.

Una rara táctica fue la desarrollada por Peter Brothers y consistía en lo siguiente: en las formaciones los cazas volaban con el timón de dirección un poco descompensado de modo que el avión fuera ligeramente de lado. En el supuesto ataque desde arriba, el piloto enemigo estimaba la ubicación del blanco siguiendo la dirección del eje longitudinal del avión, y cuando hacía puntería y disparaba en la supuesta dirección en que se encontraba el avión, éste no se encontraba justamente en ese lugar.

Asimismo este piloto aconsejaba a sus camaradas que en el caso de ser atacado desde atrás y vieran las trazadoras a un costado de la cabina, hicieran la maniobra evasiva a ese mismo lado y no al opuesto, ya que enemigo también habría visto las trazadoras e intentaría corregir su siguiente ráfaga apuntando ligeramente al lado opuesto. Si se intenta salir de la línea de fuego por el lado opuesto, se encontrará con la nueva ráfaga en pleno; en cambio saliendo por el mismo lado las posibilidades de impacto son mucho menores.

V1 despegando
V1 que acaba de abandonar la rampa de lanzamiento
El 13 de junio de 1944 comienza una nueva etapa en la guerra aérea: cae sobre Inglaterra la primera Vergeltungswaffe Eins ("Arma de Represalia 1") o V-1 de las 8.617 lanzadas por los alemanes desde la costa francesa, el primer misil tierra – tierra usado en una confrontación bélica. Estas bombas fueron fabricadas con un amplio grado de tolerancia, que se manifestaba en un dispar rendimiento. Sus velocidades variaban entre los 368 y 672 km/h, siendo el promedio más común alrededor de 580 km/h. Respecto a las alturas ocurría algo parecido: las más altas volaban a unos 8.000 pies, la mayoría cruzaban el canal a 3.000 – 4.000 pies, y las más bajas a la altura de los árboles, las que caían prematuramente. Su tiempo de vuelo desde los lugares de lanzamiento hasta Londres era de 20 – 25 minutos, por lo cual la reacción debía ser muy rápida.

Los británicos, ante esta arma de desempeño tan irregular montaron un sistema de alerta y protección, compuesto de cuatro cinturones que en forma progresiva implementaban distintas medidas de defensa:

El primer cinturón abarcaba desde la mitad del canal hasta unos 16 km de la costa, y estaba conformado por formaciones de cazas (Spitfire, Mustang y Tempest durante el día, y Mosquitos en la noche) que patrullaban en forma continua.

El segundo cinturón estaba conformado por artillería antiaérea (unas 800 piezas pesadas y 1.800 piezas livianas) que cubrían la zona donde los cazas tenían prohibido ingresar, por lo cual disparaban a todo objeto que volara.

El tercer cinturón cubría desde 16 km tierra adentro hasta 16 km de Londres, y era cubierto también por aviación de caza.

El cuarto y último cinturón se extendía desde 16 km de los núcleos urbanos del Gran Londres hasta las afueras, donde unos 1.000 globos con cables de arrastre ofrecían la última protección.

Los pilotos de caza que actuaban en el primer y tercer cinturón, desarrollaron distintos tipos de técnicas para derribar a las V-1, que podríamos clasificar en directa, peligrosa y delicada:

1. Directa: Consistía perseguir y disparar ametralladoras y cañones a las bombas volantes, tarea relativamente fácil dada la trayectoria estable de las mismas. Un 90% de las derribadas por esta técnica estallaron al impactar en la tierra, pero el 10% restante lo hizo en el aire, con serios riesgos para el avión atacante que debía encontrarse no a menos de 140 m de la V-1.

2. Peligrosa: El vuelo de la V-1 era controlado por elevadores y timón, y al carecer de alerones era muy inestable en el plano de alabeo. En esta técnica, el piloto volaba junto a la bomba, colocaba el extremo de un ala debajo de la corta ala de la bomba y con un brusco movimiento lograba ponerla fuera de control. El inconveniente era que siempre el ala del avión sufría algún tipo de deterioro, de mayor o menor gravedad según la violencia del contacto.

3. Delicada: Técnica típica para expertos. El piloto se posicionaba al lado de la V-1, en forma muy suave acercaba el ala a la parte superior de la bomba, continuando esta aproximación hasta que la misma perdiera sustentación. Así la V-1 entraba en una aguda picada sin ningún tipo de contacto físico entre los dos aparatos.

Las V-1 causaron unas 46 mil bajas, con más de 5 mil personas muertas, 130 mil casas destruidas y 750 mil casas y edificios de diferentes tipos seriamente dañados. Sin embargo los efectos estratégicos no tuvieron ningún efecto en la guerra, en especial por la escasa precisión ya mencionada, que la hacía un arma militarmente ineficaz. El 1º de setiembre de 1944 cruza el canal la última V-1 de la 2GM.

V1
Versión tripulada de la V-1
Como comentario final sobre las V-1 cabe agregar que se diseñaron y construyeron alrededor de 50 V-1 tripuladas, el piloto debía conducirlas hasta escasos kilómetros de Londres u otro blanco en donde, antes de impactar, saltaba en paracaídas. Ninguna fue utilizada, lo que nos habla de que los pilotos germanos no compartían la mística de sus aliados, los kamikazes japoneses.

En síntesis, los pilotos británicos, a costa de su cuota de sangre aprendieron las tácticas correctas, que les permitieron enfrentar con solvencia a los aviadores alemanes.

Cabe agregar finalmente el reconocimiento, independientemente de toda idea política, a los pilotos de caza británicos y alemanes que con inconmensurable valor cumplieron acabadamente su misión.





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