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Comienza la carrera

Joe-1
Primera detonación nuclear soviética (Nombre en clave occidental Joe-1)
Ostentando el monopolio nuclear, EEUU decidió tomarse las cosas con calma, sobre todo tras los gastos incurridos en el conflicto en el que había participado. Todo parecía ir bien hasta el 29 de agosto de 1949, cuando los soviéticos detonaron su primera bomba atómica. Esto puso nervioso a los mandos de Estados Unidos. Su principal baza en la que se sustentaban ante un posible conflicto contra la URSS ya no era tal. La calma se convirtió en una carrera contrarreloj cuya meta era la obtención de un vector capaz de colocar una cabeza nuclear sobre la URSS. Tras un estudio realizado por la RAND Corporation, se retomó el programa del ICBM dejándolo nuevamente en manos de la Convair y perfilando las prestaciones que debía ofrecer el nuevo misil, las cuales pasaban por un alcance de 10.000 kilómetros y una precisión de tan solo 500 metros. A pesar de esto, el programa del ICBM quedó relegado a un segundo plano, y es que se buscó un vector más sencillo y seguro que usase tecnología más probada, el misil de crucero. Este tipo de misil basa su propulsión en un motor a reacción que funciona durante casi todo el trayecto (El de los misiles solo ofrece un impulso inicial) y para mantenerse en vuelo recurre unas alas que generan la sustentación necesaria, además de unas superficies de control para ajustes en su rumbo. Básicamente se podría decir que es un avión sin tripulación.

Finalmente estaba el pilar principal de las fuerzas ofensivas nucleares de EEUU, el bombardero estratégico, que junto al ICBM y al misil de crucero formaban el trío de vectores de lanzamiento capaces de atacar la URSS lanzando la ofensiva desde suelo estadounidense. La diferencia es que el bombardero era ya una realidad más que probada y que por aquel entonces era el único que no estaba aún en las mesas de diseño. No obstante, era lento y vulnerable a las defensas aéreas (Cazas) y antiaéreas (Misiles) del enemigo, quedando muy lejos de garantizar el lanzamiento de la bomba nuclear sobre su objetivo, por lo que era necesario un nuevo lanzador que superase esos problemas. Visto esto, quedaban enfrentados el bombardero y el misil de crucero, siendo el segundo más económico y ofreciendo muchas más garantías de éxito del ataque al poder operar a mayores altitudes y velocidades, aumentando así su supervivencia frente a las defensas enemigas. Además, al no ser tripulado, no ponía en peligro la vida de ningún efectivo de las fuerzas armadas.

B-36 Peacemaker
Bombardero estrat�gico nuclear B-36 Peacemaker

Ya en 1947, la fuerza aérea solicitó el desarrollo de dos misiles de crucero con un rango de 10.000 kilómetros. Por un lado estaba el SM-62 Snark, un misil subsónico (Mach 0.94) diseñado por la Northrop y por otro el SM-64 Navaho, supersonico (Mach 3,25) de mano de la North American. Por su parte, la Armada que no quería quedarse atrás y ver peligrar su capacidad para proyectar una gran fuerza frente a los nuevos misiles, se embarcó en el proyecto del misil de crucero RGM-6 Regulus, el cual encomendó a la compañía Vought y que durante su etapa de vuelo desarrollaba una velocidad de Mach 0.78.

SM-62 Snark
SM-62 Snark

En un principio se lograron grandes avances que contrastaban con el lento desarrollo de los ICBM, ya que al margen de los presupuestos encomendados a cada programa (450 millones de dólares para el Navaho frente a los 26,2 para el ICBM de la Convair entre los años fiscales 1951 y 1954), los misiles de crucero se basaban en una tecnología más simple y conocida. No obstante, a medida que avanzaban los desarrollos de los misiles Snark, Navaho y Regulus, se hacían patentes las carencias y fallos de estos. Por un lado estaban los constantes accidentes que terminaban con el misil estrellado a los pocos kilómetros a causa de la escasa capacidad de los sistemas de control y guiado de la época. Por otro, estaba el hecho de que en el mejor de los casos desarrollaban una velocidad en torno a los 4.000 km/h, empleando más de 150 minutos en recorrer la distancia hasta el objetivo. Para cubrir semejantes distancias, el misil debía estar guiado por un sistema autónomo y el principal factor que juega en contra de los sistemas de guiado autónomos es el tiempo. A mayor tiempo transcurrido desde el lanzamiento, mayor pérdida de precisión de los giroscópios que inducirán a seguir un rumbo cada vez más erróneo. Finalmente, la mejora en los sistemas de misiles antiaéreos hicieron que los misiles de crucero perdiesen una de sus grandes virtudes, invulnerabilidad ante las defensas enemigas.

Badger
Upshot-Knothole Badger, uno de los dispositivos nucleares reducidos
Todo esto hizo que la prioridad del programa del ICBM fuese creciendo poco a poco, pero un salto importante se produjo a principios de 1953 con el desarrollo de la operación Upshot-Knothole. Esta comprendía una serie de detonaciones de cabezas nucleares entre cuyas mejoras se encontraba la reducción de tamaño y peso. Estos dos atributos eran las principales trabas en el uso del ICBM como vector de lanzamiento ya que para lanzar una carga como la de las bombas termonucleares previas a esa operación se requerían unos misiles enormes e inviables. Tras Upshot-Knothole, las previsiones apuntaban a la obtención de cabezas termonucleares de tan solo 1.400 kilogramos de peso. Aun así, su futuro no estaba muy claro y los misiles de crucero seguían acaparando el protagonismo.

En 1953, el que fuese comandante supremo de los ejércitos aliados contra la Alemania nazi durante la Segunda Guerra Mundial, Dwight David Eisenhower, se convirtió en presidente de los Estados Unidos. En contra de lo que se podía esperar, Eisenhower recortó el gasto militar, por un lado para situar al país en la responsabilidad fiscal, y más concretamente, en el ámbito militar porque habiendo estado al otro lado, era conocedor de la tendencia de los militares a solicitar más presupuesto del razonable. Hizo revisar todos los programas militares en los que se estaba trabajando y cancelar los menos viables. Por este motivo, en un principio, el marginado programa del ICBM peligraba más que nunca. No obstante, los constantes fallos en los misiles de crucero en contraste con el sumidero de dinero que suponían, hizo que se analizase concienzudamente la viabilidad del ICBM, ya que con recortes de presupuesto o no, EEUU necesitaba un vector de lanzamiento. Dicho análisis se inició el 31 de Octubre 1953 y fue dirigido por Trevor Gardner, un joven con las ideas bastante claras y ayudante especial del secretario de la Fuerza Aérea. Gardner formó con once científicos el Comité de Evaluación del Misil Estratégico que sería más conocido como el Comité de Van Neumann por estar presidido por el científico John Van Newmann. Finalmente, el 10 de Febrero de 1954, este comité dictaminó que el programa era viable, sobre todo tras lograrse las primeras cabezas termonucleares de gran potencia de peso reducido. Dos días antes, la RAND Corporation, una empresa que paralelamente también había evaluado el programa del ICBM, finalizó su informe que resultó ser favorable al mismo y que además declaraba que llevando a cabo con presteza el desarrollo, los EEUU podrían tener un ICBM operativo antes de 1960.

Los resultados no se hicieron esperar y el maltrecho programa de la Convair sufrió un enorme empujón ya que a sabiendas de que el ICBM sería el vector con más posibilidades, se volcaron en él todos los recursos. Entre otras acciones, cabe destacar la adjudicación al misil Atlas (Nombre del ICBM que estaba desarrollando la Convair) de la más alta prioridad dentro de los proyectos de la Fuerza Aérea de mano del vicejefe del estado mayor de la Fuerza Aérea tres meses después de la publicación de los informes. En los meses siguientes se continuó incentivando el desarrollo del misil de cara a cumplir la fechas estimadas, e incluso un año después, se aprobó el desarrollo de un segundo ICBM, el Titan, con el fin de garantizar el éxito del misil balístico. Además, apremiaba el hecho de que la URSS estaba bastante avanzada con el desarrollo de su propio ICBM, a pesar de haber contado con menos científicos y material de estudio capturado a los alemanes.

Respecto a sus competidores, con el alzamiento del ICBM, comenzó su decadencia. El Navaho, tras mostrarse excepcionalmente ineficaz y caro, fue cancelado en Julio de 1957, aunque se permitieron algunos vuelos de prueba posteriores. En cuanto a los más sencillos Snark y Regulus, del primero se llegaron a construir 100 aparatos operativos que formaron una única unidad en la Fuerza Aérea y que fue desactivada en Junio de 1961, quedando patente su obsolescencia frente al ya operativo Atlas. Del segundo, se construyeron 500 unidades desplegadas en submarinos, pero finalmente también fueron retirados en 1964 por los mismos motivos que su compañero de la USAF, amén de que el misil naval era tedioso y arriesgado de operar.





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