Vida y muerte de Reinhard Heydrich

Reinhard Heydrich nació en 1904 en Halle an der Saale, Alemania. Su abuelo había sido el fundador del Conservatorio de Dresde y su padre era compositor y director del Conservatorio de Halle. Como consecuencia, el niño además de cursar el bachillerato recibió clases de piano, violín, violonchelo y composición. Al parecer a los cinco años tocaba el violín de forma muy emotiva.

Con 18 años había acabado todos sus estudios y decidió romper con las tradiciones familiares, no dedicarse a la música y meterse en la Marina. Allí estuvo a las órdenes del capitán Wilhelm Canaris, su futuro rival. Parece ser que por entonces era un chico sensible y tímido, cosa que, junto a sus conocimientos musicales, le hicieron objeto de las burlas de sus compañeros marinos (cuyo rudo trato le disgustaba): en cierta ocasión, durante una juerga, le obligaron a interpretar la serenata de Toselli.

Reinhard y Lina Heydrich

En diciembre de 1930 conoció a una joven de 18 años llamada Lina, tuvieron un flechazo y a los cuatro días (literalmente) decidieron casarse. El caso es que Reinhard ya tenía novia, la cual encima era hija de un superior suyo en la Marina, y en lugar de contarle lo que había ocurrido decidió evitarla.
Para colmo a principios de 1931 a Heydrich se le ocurrió enviar una invitación de boda a su hasta entonces novia, que seguía ignorante de todo. La chica sufrió un ataque de nervios y su padre se fue a quejar ante el jefe de la Kriegsmarine, el almirante Raeder. Corrió incluso el rumor de que Heydrich había abandonado a su novia embarazada y al final el chico fue expulsado de la Marina.

Resulta chocante que en aquella sociedad supusiese un escándalo que el marino Reinhard Heydrich abandonase a su novia, y que sin embargo nadie dijese nada cuando años más tarde el general de las SS Reinhard Heydrich cometiese con la mayor naturalidad del mundo los crímenes más horribles y aberrantes jamás perpetrados.

Volviendo a 1931; Lina, la novia de Reinhard, además de joven era una ferviente nazi, así que convenció a su novio para que buscase trabajo en las SS. Heydrich visitó entonces al criador de gallinas y Reichsführer SS Heinrich Himmler, quien le recibió en bata porque estaba con gripe. Causó una muy buena impresión en él, hasta el punto de que el joven Reinhard recibió el encargo de crear un servicio de seguridad de las SS. Heydrich aceptó el trabajo repleto de entusiasmo. En diciembre de 1931 Reinhard y Lina se casaron. Por entonces él ya era jefe del SD (Sicherheitsdienst, Servicio de Seguridad).

En 1932 Heydrich sufrió una investigación, ya que algunos camaradas de partido sospechaban que pudiese tener sangre judía. Aunque salió bien librado, los rumores persistieron durante años. El 30 de enero de 1933 Hitler fue nombrado canciller; Heydrich, director de la Policía Política Bávara, una organización que escapaba al control de la Justicia y que utilizaba la “prisión preventiva”. Entre otros, Heydrich detuvo al ministro del Interior bávaro Stützel y al presidente de la comunidad judía de Munich Lewy. A ambos les golpearon y al segundo además le quemaron la casa, según reflejó Lina con regocijo en una carta.

Heydrich se dedicó los años que le quedaban de vida a perseguir a la gente; decía que era “el máximo encargado del vertedero de basura del Reich alemán”. En 1934 participó en la represión de los jefes de las SA (Sturmabteilung, Secciones de Asalto), a pesar de que Ernst Rhoem era amigo suyo y padrino de bautizo de su hijo mayor (Rhoem fue asesinado por orden de Hitler). En 1936 fue nombrado jefe de la Gestapo (Geheime Staatspolizei, Policía Secreta del Estado). Como ya hemos visto, en 1937 Heydrich provocó que Stalin comenzase sus purgas en el Ejército Rojo cuando le pasó información acerca de supuestos traidores entre los militares soviéticos. En 1938 Alemania se anexionó Austria y Heydrich se encargó de detener a numerosos opositores en la Ostmark (nombre que se dio a Austria en el III Reich). En ese año participó también en el descabezamiento de la Wehrmacht y la Kristallnacht (“Noche de los cristales rotos”).

Heydrich era un hombre solitario, no tenía amigos. La razón era el miedo que infundía incluso a los propios nazis; opinaban, y con razón, que los archivos de la Gestapo y el SD contenían datos referentes no sólo a quienes el régimen consideraba enemigos sino también a todos ellos. De hecho, y aunque parece ser que la idea partió de su mujer Lina, por iniciativa de Heydrich se abrió en Berlín el llamado Salón Kitty, un burdel de lujo cuyas prostitutas estaban aleccionadas para sacar información a diplomáticos, altos jerarcas y personajes importantes varios. Según Heydrich, en posición horizontal era más fácil interrogar a un hombre que en posición vertical.

Al propio Heydrich le gustaba mucho la vida nocturna de la ciudad y para escarmentarle por sus largas ausencias a Lina se le ocurrió comenzar un flirteo con Walter Schellenberg, el atractivo agente de las SS que ya conocemos. Después de una de las citas entre Schellenberg y Lina, Heydrich se llevó al agente junto a Heinrich “Gestapo” Müller (el jefe de la Gestapo) a tomar una copa a un bar. En el bar, Müller preguntó a su subordinado por la cita con la señora Heydrich; ante las reticencias a hablar de éste y según relató en sus memorias, intervino Heydrich: “Tal vez haya bebido un veneno que le mate antes de seis horas. Dígame la verdad total y absoluta para que pueda darle un antídoto...Quiero saber toda la verdad”. Schellenberg habló, fue sincero y relató lo sucedido: nada. Heydrich le dio el antídoto. No fue el único disgusto que tuvo Schellenberg en relación con esto; tras otra de las citas con Lina, su mujer, que le estaba esperando, le arrojó ácido clorhídrico a la cara. Después de tanto disgusto el flirteo entre Lina y el agente terminó. Posteriormente Schellenberg se separaría de su mujer y tendría una historia amorosa con la diseñadora francesa Coco Chanel.

En 1939 se creó el RSHA (Reichssicherheitshauptamt, Departamento Central de Seguridad del Reich), que entre otras organizaciones agrupaba al SD y la Gestapo. Al frente del RSHA y con 35 años, el SS Obergruppenführer Reinhard Heydrich se convirtió en uno de los personajes más poderosos del III Reich.

El 31 de agosto de 1939 se llevó a cabo la “Operación Reichsführer SS”, organizada por Heydrich. En ella un grupo de presos con uniformes polacos simularon un asalto a una emisora alemana situada en la localidad fronteriza de Gleiwitz y leyeron una proclama anti-alemana en polaco; el objetivo era justificar la invasión de Polonia. Después, a pesar de las promesas de libertad que habían recibido, los falsos polacos fueron asesinados.

A mediados de 1941 Heydrich organizó los llamados Einsatzgruppen, unas unidades del SD encargadas sencillamente de asesinar gente en la retaguardia, fundamentalmente comunistas y judíos. Actuaron en Polonia y la URSS y sus integrantes eran voluntarios alemanes, polacos, de los Países Bálticos y Ucrania. Una de sus más tristemente famosas acciones fue la matanza de 33.771 judíos en Babi Yar, cerca de Kiev, los días 29 y 30 de septiembre de 1941. Se estima que los Einsatzgruppen asesinaron a más de un millón de personas.

El 31 de julio de 1941 el Reichsmarschall Hermann Goering pasó una orden a Heydrich apremiándole a tomar las medidas necesarias encaminadas a la “Solución Final” (“Endlösung”) de la “Cuestión Judía”. Como consecuencia, el 20 de enero de 1942 se celebró en Wannsee, cerca de Berlín, una conferencia presidida por Heydrich en la que se coordinó entre varios jerarcas nazis el futuro exterminio de todos los judíos de Europa.

En septiembre de 1941 Heydrich fue nombrado Reichsprotektor de Bohemia y Moravia (actual República Checa). Allí, Heydrich proclamó el estado de excepción, la ley marcial y el toque de queda nocturno. Una vez que hubo pacificado la zona, mejoró las condiciones sociales de obreros y campesinos y hasta hizo que se cedieran los hoteles de lujo para la población trabajadora. Esta pacificación se vio con suma preocupación entre los exiliados checos en Londres y los británicos. Había que hacer algo para “despertar” la lucha del pueblo checo contra los nazis. El 27 de mayo de 1942, Jozef Gabcik y Jan Kubis, dos partisanos checos que habían sido entrenados y lanzados en paracaídas por los británicos, arrojaron una bomba al paso del coche de Heydrich en Praga. Heydrich tenía la costumbre de viajar en coche descubierto y resultó gravemente herido; aún así pudo disparar contra los fugitivos. El 4 de junio Heydrich murió. El 18 de junio Gabcik y Kubis fueron descubiertos junto a otros partisanos en la iglesia de los santos Cirilo y Metodio de Praga. La iglesia fue asaltada por las tropas alemanas y todos los partisanos murieron.

Pero la venganza que se había esperado desde Londres para “despertar” a los checos ya se había producido. La población contempló horrorizada cómo se asesinó a todos los hombres mayores de 16 años del pueblo de Lidice y a varias mujeres (alrededor de 200 personas). El resto de las mujeres serían enviadas al campo de concentración de Ravensbrück, y los niños (sólo sobrevivirían 16 al final de la guerra) a “instituciones educativas”. Lidice desapareció de los mapas nazis y cerca de 1.000 checos fueron condenados a muerte.

Heydrich fue sustituido al frente del RSHA por Ernst Kaltenbrunner, que sería juzgado y ahorcado en Nuremberg en 1946.

Su viuda Lina se convirtió en “la viuda del Reich”; ella y sus hijos disponían de un castillo por el que no tenía que pagar alquiler y una abundante pensión. Además tenían a su servicio a presos-esclavos. Lina Heydrich siguió recibiendo una pensión de viudedad después de la guerra (se aceptó que Heydrich había “caído como soldado”). Escribió sus memorias y se mantuvo fiel a las ideas nacionalsocialistas hasta su muerte en 1985.

Incluso después de muerto, Heydrich siguió asesinando, como atestiguan los millones de judíos muertos en los campos de exterminio y a manos de los Einsatzgruppen.

Bibliografía recomendada

-Allen, Martin, “El rey traidor. De cómo el duque de Windsor traicionó a los Aliados.” (Tusquets, 2000).

-AA.VV., “Crónica del Holocausto” (Libsa, 2002)

-Frescaroli, Antonio, "La Gestapo" (De Vecchi, 1969).

-Schellenberg, Walter, "El laberinto" (memorias) (no editado en castellano).

-Sigmund, Anna Maria, “Las mujeres de Hitler” (Plaza y Janés, 2003).