La derrota definitiva
Durante 13 años, los ingleses (así como los franceses) habían asumido la inviolabilidad de Enigma. Los descubrimientos que los polacos les presentaron les abrieron los ojos, levantando la moral de los resignados descifradores.
Bletchley Park
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Un apunte: para la historia queda la desconocida razón por la que Rejewski, que había sido puesto a salvo enviándolo a Francia antes de la invasión de Polonia, y posteriormente a Inglaterra cuando la derrota de aquella, no fue enviado a Bletchley Park, donde sus conocimientos hubieran sido muy bien recibidos. Se le marginó a una oficina de cifras de escasa importancia, y no tuvo constancia con lo que ocurrió en Bletchley Park hasta años posteriores a la guerra, cuando fueron publicados artículos sobre lo que sucedió.
A parte de las técnicas polacas, pronto los británicos empezaron a usar otras técnicas complementarias en busca de acortar el tiempo de desciframiento. Se dieron cuenta de que muchas veces los operadores alemanes, seguramente agotados en el fragor de la batalla, elegían claves de mensajes obvias, por ejemplo tres letras consecutivas del teclado, QWE, BNM, etc, en vez de una elección aleatoria que era como se suponía que debían operar. También que los mensajes que provenían de un mismo operador repetía una y otra vez la misma clave, posiblemente las iniciales de un ser querido. A estas claves de mensajes obvias se las conoció como “cillis”. Así que antes de empezar el desciframiento “a la antigua usanza, o sea, a la polaca”, probaban los “cillis” resultando que de vez en cuando acertaban.
También las normas de uso descritas antes, como que no permaneciera un modificador en un mismo hueco más de un día, o no poder intercambiar en el tablero de clavijas una letra con sus consecutivas, permitieron reducir el tiempo necesario, ya que cuando habían dado con la clave de un día determinado, al día siguiente podían prescindir de muchas de las posibles disposiciones.
A pesar de los avances con estas nuevas técnicas, junto con continuos rediseños y refinados de las “bombas”, los alemanes cambiaban “las reglas del juego” continuamente con nuevas Enigmas y nuevos métodos de uso, que sumado a la ingente cantidad de mensajes que se debían tratar, amargaban bastante la vida a los criptoanalistas.
Entre la colección de genios que se juntaron en Bletchley Park, uno pasaría a la historia por identificar y sacar partido a la principal debilidad de Enigma, haciendo posible su desciframiento aún en las circunstancias más difíciles.
Alan Turing
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Su fructífera carrera docente quedó abortada el 4 de Septiembre de 1939, un día después de que Inglaterra declarara la guerra a Alemania. Fue “invitado amablemente” a ir a Bletchley Park. En vez de ponerlo a trabajar en el desciframiento diario, fue puesto a “pensar” en nuevos métodos para abordar a Enigma, puesto que los ingleses estaban seguros que sus actuales métodos, basados en los polacos, y cuyo núcleo era la repetición de la clave del mensaje, pronto serían inútiles en cuanto los alemanes cayeran en la cuenta de ello y ordenaron la no repetición (como así ocurrió).
Así pues, se dedico a estudiar la ingente cantidad de mensajes archivados, y se dio cuenta que muchos de los mensajes respondían a unas estructuras rígidas, reflejo lógico de unas mentalidades militares que eran quien usaban Enigma (y si es prusiana, pensaba, más todavía), entrenada en la disciplina, rigidez, brevedad, obediencia ciega a ordenes estrictas. Después de semanas, Tuning podía adivinar (más bien predecir) partes de mensajes sabiendo sólo cuando había sido emitido y su origen. Ejemplo era que se sabía que los alemanes emitían un parte meteorológico justo después de las 6 de la mañana y era enviado a través de Enigma. Así que con el estudio de algunos mensajes meteorológicos que se habían descifrado y con el convencimiento de que casi todos serían iguales, muchos de los mensajes interceptados al punto de las 6 de la mañana, seguramente contendría la palabra “wetter”, tiempo en alemán. Teniendo en cuenta además la rigidez de la estructura, también se podía predecir que letras del mensaje codificado eran “wetter”. Al hecho de que una parte del mensaje codificado se le puede asociar a un texto sin codificar, se le llamó “Puntal”. Aunque en cierto modo eran suposiciones más que otra cosa, Tuning estaba seguro que por ahí podía desarrollar un método nuevo para atacar a Enigma.
La bomba de Turing
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Colossus
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El diseño de la Colossus comenzó en Marzo de 1943. En Diciembre de 1943 la Máquina de Thomas Flower estuvo terminada y programada; todos los circuitos y los 1,500 bulbos de la que llamaron “Mark 1 Colossus” fueron desmantelados y enviados al Bletchley Park. Se construyeron más Colossus para resolver operaciones más complejas.
Para el final de la guerra, 10 Colossus estaban trabajando. Debido a que el gobierno británico clasificó la Colossus bajo la Ley de Secretos Oficiales de Inglaterra, su existencia no fue conocida hasta finales de la década de 1970, razón por la cual habitualmente se entiende a la ENIAC como la primera computadora electrónica programable.
Características de Colossus :
• Usaba bulbos a gran escala y empleaba el sistema binario.
• Sus datos de entrada los leía de una cinta de papel perforada
usando una lectora fotoeléctrica.
• Usaba circuitos de dos estados y sus operaciones eran controladas mediante
los pulsos de su reloj interno, siendo posible hacerla operar a cualquier velocidad,
lo cual era muy útil para probarla.
• Sus circuitos permitían efectuar conteos, aplicar operaciones
Booleanas y efectuar operaciones aritméticas en binario.
• Sus funciones lógicas podían manejarse de manera preestablecida
usando un tablero de interruptores, o podían seleccionarse de manera
condicional usando relevadores telefónicos.
• Era totalmente automática.
• Tenía una memoria de cinco caracteres de cinco bits cada uno,
los cuales se almacenaban en un registro especial.
• Su velocidad de operación era de 5,000 Hertz (ciclos por segundo).
• Medía 2.25 metros de alto, 3 metros de largo y 1.20 metros de
ancho.
• Sus resultados se almacenaban temporalmente en relevadores para luego
darles salida a través de una máquina de escribir eléctrica
que funcionaba a una velocidad de 15 caracteres por segundo.
• Permitía saltos condicionales.
Como se ve, el prototipo de nuestros ordenadores de hoy en día.