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¿Que tramarán los alemanes?

Werner Heisenberg
Werner Heisenberg
Tras la invasión Noruega, los alemanes tuvieron acceso a uno de los países productores de agua pesada, lo cual puso nerviosos a los aliados. A pesar de todo, estos los temores eran infundados, ya que los alemanes abandonaron el proyecto de la bomba atómica por no ser factible. De todas maneras siguió adelante con la intención de fabricar un reactor nuclear. Conocedor de esta información, un topo británico (El mismo que ayudó a escapar a Lise Meitner) informó al MI 6 sobre el programa nuclear alemán, confirmando finalmente que estos habían abandonado el proyecto de construir la bomba. No obstante, esta información no fue difundida al resto de los aliados, y tampoco fue tomada en serio al 100%. En un principio, a Heisenberg se le realizó el encargo de que investigase las aplicaciones militares de las reacciones en cadena y la posibilidad de fabricar una bomba atómica. Con esto se inició el “Proyecto uranio”. El grupo de científicos se puso a trabajar en ello, pero en sus cálculos (Inexactos) se toparon con que la masa critica del uranio podía alcanzar varias toneladas, tras lo cual, en una entrevista entre Heisenberg y Alber Speer, este ultimo le preguntó a Heisenberg si podría fabricar una bomba atómica, obteniendo una negativa por respuesta. Finalmente se siguió adelante en la investigación con el fin de poder fabricar un reactor nuclear para producir energía, por lo que el agua pesada seguía siendo necesaria.


El agua pesada noruega

Planta de Norsk Hydro ASA
La planta de Norsk Hydro ASA en Telemark tras el bombardeo estadounidense
En 1934 la compañía Norsk Hydro ASA construyó una planta de fabricación de agua pesada en Notodden - Telemark, al sur de Noruega. Los aliados ya conocían los intereses de los alemanes respecto al agua pesada, los cuales se apresuraron a remodelar la planta para aumentar su rendimiento. Reino Unido fue el primero en intentar neutralizar esa planta, enviando 2 aviones de la 1ª División Aerotransportada con sendos comandos cuyas órdenes era destruirla. Los aviones desaparecieron en su viaje, posiblemente derribados. Después de esto, los ingleses optaron por el sabotaje recurriendo a la resistencia noruega. Tras un intenso entrenamiento, un comando de saboteadores fue enviado a la zona, y tras estudiar la situación desarrollaron un plan de ataque. El 28 de febrero de 1943, efectuaron el ataque dinamitando al central y provocando unos daños cuya reparación costó 6 meses. Iniciada de nuevo la producción, Estados Unidos lanzó un bombardeo el 16 de noviembre de ese mismo año en el que participaron 140 aparatos. A pesar de ello, en 2 meses la planta volvía a estar operativa. Finalmente se decantaron por sabotear el transporte, siendo el blanco un trasbordador que transportaba los contenedores de agua pesada a través del lago Tinnsjø. En una nueva operación el barco resultó hundido el 20 de febrero de 1944, perdiendo la vida 4 alemanes y 14 noruegos.


Conclusiones respecto al Proyecto Uranio.

Reactor aleman
Desmantelamiento del reactor nuclear alemán para ser llevado a EEUU
Alber Speer no era partidario de destinar fondos al programa del reactor nuclear alemán, y menos aún después de la explosión de uno de los prototipos, aunque terminó cediendo y continuó la financiación. Tras la rendición de Alemania, todos los científicos fueron capturados y se investigó sobre la capacidad de estos para fabricar la bomba. Los aliados recluyeron a los científicos del Proyecto Uranio en Farm Hall, en cuyas estancias se habían instalado multitud de micrófonos ocultos con el fin de espiar sus conversaciones. Cuando se les dio a conocer las detonaciones de Hiroshima y Nagasaki, estos se mostraron sorprendidos fieles a su creencia de que la masa critica era del orden de varias toneladas, algo que imposibilitaba la fabricación de estas armas. A pesar de todo, posteriormente, fue grabada otra conversación en la que mencionaban una teoría de Rudolf Peierls y Otto Frisch según la cual, la masa crítica seria de tan solo 20 kilogramos. Conviene puntualizar que esta teoría fue sacada a relucir después de darles a conocer la noticia de las detonaciones en Japón, lo que hace pensar que en su día la desecharon y no fue tomada en serio hasta ese momento, en el que se demostraba que era posible fabricar una bomba nuclear.

Tras todo esto, se deduce que el tercer Reich abandonó su intención de fabricar una bomba atómica por creer que era imposible, si bien continuó con el proyecto del reactor nuclear, que se vio truncado por la falta de agua pesada. En cualquier caso, queda patente que eran incapaces de fabricarla.


Estados Unidos

En la Europa de la preguerra, Alemania era uno de los grandes centros de la ciencia, especialmente de la física y no fueron pocos los físicos de todo el continente los que fueron allí a cursar sus estudios e investigaciones. Con la llegada de Hitler llegó el antisemitismo y a medida que este crecía, los científicos judíos o simplemente contrarios a esa ideología iban abandonando el país. Algunos optaban por volver a sus países de origen, pero otros emigraban a Estados Unidos atraídos por un interesante puesto en alguna universidad de prestigio. Ese fue el caso de Leo Szilard, que tras estudiar en Alemania, la abandono en 1933 rumbo a Reino Unido, y finalmente en el 37 partió hacia Estados Unidos en calidad de profesor de la Universidad de Columbia. Szilard ya conocía los principios de la fisión y de la masa crítica unos 4 años antes de que Otto Hahn la llevase a la práctica.

Albert Einstein y Leo Szilard
Entrevista en la que Szilard expone a Einstein la situacion del mommento respecto al tema nuclear
A medida que se sucedían los descubrimientos, Szilard estaba cada vez mas convencido de que era factible la construcción de una bomba atómica, y lo que es mas, estaba convencido de que los alemanes trabajaban en ella. Sus propias investigaciones se centraban en hallar el elemento propicio para tal fin, concluyendo al poco de llegar al continente americano que el elemento idóneo sería el Uranio enriquecido. Tras contar ya con las ideas básicas, Szilard se decidió a buscar apoyo entre sus colegas físicos, como por ejemplo Enrico Fermi (También exiliado, en este caso de Italia a causa de su mujer judía) los cuales no le apoyaron demasiado. La fisión ya había quedado demostrada y en la cabeza de Szilard maduraba un nuevo concepto, la reacción en cadena. Para hacerla factible necesitaba demostrar la existencia de los neutrones que se desprendían en cada fisión atómica, cosa que logró el 2 de marzo de 1939. Tras corroborar su existencia, la comunidad científica le empezó a tomar más en serio, lo cual le animó a intentar obtener fondos gubernamentales para financiar su proyecto. Tras algunos intentos fallidos, y ayudado por el impulso que supuso la famosa carta de Einstein a Roosevelt, la cual fue entregada por un contacto que a su vez era asesor de Roosevelt, Alexander Sachs, Szilard por fin logró que se fijasen en el y que le apoyasen de forma material, en este caso con una aportación inicial de 6.000 dólares y con la creación del “Comité del Uranio”. En otro plano, también se incrementaron las compras de uranio, sobre todo tras saberse que Alemania mostraba un inusitado interés por ese metal.

Ya en 1940, y tras ciertos problemas relacionados con el impago de los 6.000 dólares y la relación secretismo/nacionalidad (En este caso de Fermi y Szilar, los dos máximos responsables), al comité se le delimitan 2 dos prioridades: Construcción de un reactor nuclear funcional y de una bomba atómica. En este caso, fueron acompañadas por unos nuevos y sustanciosos ingresos que en esta ocasión no sufrieron retrasos. Uno de los problemas planteados era la obtención del uranio adecuado, ya que el que se encontraba en la naturaleza era el Uranio 238 y no era apto. Entre los muchos intentos de obtener Uranio 235, los científicos descubre el plutonio 239 también podría ser apto para fines militares.





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