Las principales acciones submarinas, que marcaron el camino a seguir a los
comandantes de los “U-boote”, fueron llevadas acabo por el Comandante
Gunther Prien, quien al mando del U-47, un submarino “Tipo VIIB”
(desp: 769 ton., eslora 66,5 mts.), se introdujo furtivamente en la base naval
británica de Scapa Flow, en la cual se encontraba fondeada la “Home
Fleet”, logrando hundir a las 01:16 horas del 14 de octubre de 1939 al
acorazado “Royal Oak”, muriendo en esta acción 833 hombres.
Otro As de los “U-boote”, fue el Comandante Otto Kretschmer, quien
al mando del U-99, integrando una “manada de lobos” de siete unidades,
logro en la noche del 18 de octubre de 1940, atacar al convoy británico
SC-7 y hundir a 17 buques, siendo en su mayoría hundidos por este comandante.
Los submarinos aliados aunque no consiguieron la notoriedad de las “manadas
de lobos” alemanas, realizaron significativas contribuciones al esfuerzo
bélico. En Europa operaron desde Noruega hasta el Mediterráneo,
y en Extremo Oriente colapsaron la economía japonesa en los últimos
años de la guerra gracias al bloqueo submarino norteamericano. Los EE.UU.
produjo sobre el final de la guerra la clase “Tench”, de 1570 ton.
con una eslora de 95 mts.; Gran Bretaña utilizo la clase “T”,
(desp: 1325 ton., eslora: 84 mts.) habiendo producido 54 unidades durante todo
el conflicto.
Submarino estadounidense clase Tench
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Mientras tanto en el frente del Pacifico, las cosas se presentaron de una forma totalmente distinta. Las fuerzas aeronavales japonesas iniciaron una campaña de destrucción hundiendo la mayor parte de las unidades británicas presentes en este océano y en el Indico, comenzando con el hundimiento del acorazado “Prince of Wales” y de los cruceros pesados “Cornwall” y “Dorsetshire”, culminando con el impresionante ataque aeronaval a Pearl Harbor, acción esta que decidió la entrada en el conflicto de los Estados Unidos.
Durante este tiempo las fuerzas imperiales fueron ocupando una tras otra las islas del Pacifico, legando incluso a amenazar el continente australiano. Esto dio lugar a la realización de importantes operaciones anfibias, con todos los aspectos que ello involucra, es decir la realización de grandes ataques aeronavales e importantes combates entre fuerzas de superficie para lograr desalojar al enemigo de las aguas adyacentes a las islas tomadas como objetivo. En este sentido cabe recordar: Guadalcanal, Vella Lavella, Surigao, Okinawa, etc.
El comienzo del desarrollo de los portaaviones esta marcado de una forma extraña
si se quiere. Durante la primera guerra mundial los británicos experimentaron
el método de remolcar por medio de un destructor de la clase “R”,
el “Redoubt”, una gabarra ligera, la “H5”, con un avión
Sopwith 2F1 “Camel” sobre la misma, logrando el 11 de agosto de 1918
derribar el ultimo Zepellin destruido en este conflicto. Posteriormente se continuo
con la experimentación y el desarrollo de esta idea llegando en 1920 a
la construcción del primer portaaviones operativo el “Langley”
de la US NAVY. Este buque tenia un desplazamiento de 14.700 ton., alcanzando una
velocidad de 14 nudos, pudiendo transportar 30 aviones interceptores.
USS Langley
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Los países que contaron con este tipo de unidades en esta guerra fueron los EE.UU., con buques como el “Yorktown” y el “Lexington”, Gran Bretaña con el “Hermes” y el “Ark Royal” y Japón con el “Akagi” y el “Shokaku”. Las principales acciones en que tomaron parte estos buque fueron: Midway, Leyte, Filipinas, Marianas, Mar del Coral. Una de las operaciones más audaces fue llevada acabo por un portaaviones británico, el “Illustrious”, conocida como la operación ”Judgement”, fue el ataque a la base italiana de Tarento, donde estaba basada una fuerza de acorazados y varios cruceros italianos.
Hagamos ahora un pequeño inventario de los aviones utilizados por estos buques. En el caso del buque británico “Illustrious” durante el ataque a Tarento, estaba dotado con unos 45 aparatos, entre torpederos Fairey “Swordfish” (biplano), y cazas Fairey “Fulmar” y Gloster “Sea Gladiator”. Mientras que en el Pacifico, Japón utilizaba el bombardero en picado Yokosuka D4Y1 “Judy”, el torpedero Nakajima B5N1 “Kate” y el famoso caza Mitsubishi A6M3 “Cero”; los EE.UU. emplearon los bombarderos en picado Douglas SBD “Dauntless” y Curtiss SB2C “Helldiver”, los cazas Grumman F4F “Wildcat” y F6F “Hellcat” y el torpedero Grumman TBF “Avenger”.
Otro aspecto de la aviación naval fue el de las aeronaves anti-buque con base en tierra, estos aparatos cumplieron funciones de minado, ataque de superficie, reconocimiento y ataque antisubmarino. De todas las naciones que participaron en la Segunda Guerra Mundial entre 1939 y 1940 ninguna tenia una necesidad tan urgente de aviones anti-buques como Gran Bretaña. Inicialmente enfrento la amenaza con el Avro “Anson”, luego comenzó a producir y utilizar con buenos resultados el Bristol “Beaufighter” y el Vickers “Wellington”. Como contrapartida Alemania utilizo el Junkers Ju 88 y el Dornier Do 217 e Italia el Savoia-Marchetti S.M. 79. En el extremo oriente, Japón desplegó el Mitsubishi G3M “Nell” y el Mitsubishi Ki-67 “Hiryu”, mientras que los EE.UU. utilizo en ambos frentes el Lockheed PV-1 “Ventura”, su variante el PV-2 “Harpoon” y el Lockheed “Hudson” (A-28/29). En funciones de reconocimiento principalmente fueron utilizados hidroaviones, por parte de Gran Bretaña el Short “Sunderland” y el Supermarine “Walrus”, Alemania utilizo el Blohm und Voss Bv 222 “Wiking” y el Dornier Do 24; Japón, el Kawanishi H6K “Mavis” y el Kawanishi H8K “Emily”; EE.UU., el Martin PBM “Mariner” y el Consolidated PBY “Catalina”.
Volviendo ahora a las unidades flotantes y siguiendo las pautas marcadas durante el conflicto anterior, el buque con mayor poder de fuego, fue el acorazado. Estos enormes buques alcanzaron su mayor exponente con el buque japonés “Yamato”, con una eslora de 263 mts. desplazaba 64000 ton., desarrollando una velocidad de 27 nudos y armado con 9 cañones de 460 mm, 12 de 155 mm, 12 AA de 127 mm, 24 AA de 25 mm y 4 AA de 13 mm. Como respuesta a este buque, los EE.UU. construyeron el “Iowa”, con una eslora de 270 mts, un desplazamiento de 48500 ton., una velocidad de 33 nudos y el armamento compuesto por 9 cañones de 406 mm, 20 de 127 mm (bivalentes), 60 AA de 40 mm y 60 AA de 20 mm.
Junto a estas grandes unidades, combatieron en ambos bandos los ágiles
y multifuncionales destructores, estas unidades en su mayoría presentaban
una configuración de armamento capaz de enfrentar con éxito a
buques de mayor porte, así como asegurar la escolta de convoyes haciendo
frente tanto a la amenaza submarina como la aviación enemiga. En el teatro
de operaciones del Pacifico realizaron además importantes misiones de
fuego naval de apoyo en las distintas operaciones anfibias ejecutadas por ambos
contendientes. La espina dorsal de la fuerza de destructores de EE.UU. en el
Pacifico, fue la clase “Fletcher” (2050 ton.), presentando un potente
armamento de superficie: 5 montajes simples bivalentes de 127 mm, típico
de aquel escenario debieron enfrentar muy a menudo a su contrapartida japonesa,
la clase “Akitsuki” (2700 ton.), siendo estos los más grandes
construidos por el Japón, con un armamento principal compuesto por 4
montajes dobles de 100 mm. En el Atlántico, Gran Bretaña empleo
diversas clases de destructores siendo la más representativa la clase
“K” de 1690 ton. y un armamento principal de 3 montajes dobles de
119 m; Alemania retomo la construcción de estos buques con la clase “Maass”
o “Tipo 34” de 2230 ton., presentaban 5 cañones de 127 mm
en montajes simples. Otro frente en el que se enfrentaron ampliamente los destructores,
fue en el Mediterráneo, allí hubo una carrera durante el periodo
entre guerras entre Francia con la clase “Le Fantasque” de 2570
ton. y un armamento de 5 montajes simples de 138 mm; e Italia con la clase “Soldato”
de 1830 ton. y un armamento de 4 o 5 cañones de 120 mm.
El Akitsuki
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El esfuerzo por alcanzar la supremacía en todos los teatros de operaciones, redundo en una serie de adelantos tecnológicos que marcaron un cambio total en el desarrollo de las acciones, en el campo de la guerra antisubmarina fue la construcción del ASDIC, del cual derivo el SONAR, con el cual se logro disminuir enormemente la amenaza de los submarinos enemigos. En lo que refiere a la descubierta del enemigo y el posterior de Control de Tiro sobre el mismo, el desarrollo más importante fue el RADAR, con el cual se logro alcanzar un alto porcentaje de impactos sobre el enemigo así como descubrirlo con la suficiente antelación como para alistar los sistemas de armas y abrir el fuego incluso antes de tenerlo a la vista. El final de la guerra estuvo marcado por la aparición en el campo de batalla del arma con mayor poder destructivo creada por el hombre, la bomba atómica.
El periodo posterior a la Segunda Guerra Mundial estuvo marcado por una serie de conflictos localizados en distintas partes del mundo, enmarcados dentro de lo que se conoció como Guerra Fría, estos enfrentamientos fueron Corea y Vietnam; fuera de este contexto se desarrollo el enfrentamiento por las Islas Malvinas. Estos conflictos fueron el campo de pruebas de toda una nueva serie de sistemas de armas y control de fuego, en los cuales no se realizaron enfrenamientos directos entre unidades flotantes de gran envergadura, sino que las mismas prestaron apoyo a las acciones terrestres y aéreas, con la excepción de la guerra de Malvinas, en la cual la situación geográfica del conflicto determino el empleo de una importante flota por parte de Gran Bretaña, la cual debió enfrentar principalmente la amenaza de aeronaves argentinas basadas en tierra. Otro desarrollo importante, fue en el campo de los sistemas de propulsión, con el desarrollo de plantas motrices impulsadas por turbinas a gas o combinadas y la utilización de la reactores nucleares (esto ultimo principalmente en las unidades de mayor desplazamiento).