Desde hace algunos años Israel es noticia a causa de la Segunda Intifada
Palestina que ha provocado una oleada de atentados por parte de los palestinos
y otra de ataques por parte de los israelíes. No obstante, este conflicto
es uno más de los muchos que han castigado la “corta” historia
de este país desde su nacimiento en 1.948. En este artículo se tratarán
estos, si bien la historia del pueblo hebreo es considerablemente más larga
y es conveniente ser tratada aquí aunque de forma muy resumida y como preludio
al tema central de este escrito.
Introducción
La historia de Israel se remonta en unos tres milenios cuando los primeros
hebreos se asentaron en Canaan, la “Tierra prometida”. Según su religión
era ahí donde debían yacer, lo cual ya sienta una base para sus
principios. Con el expansionismo del Imperio Romano, los judíos volvieron
a verse sometidos en su propia tierra, lo cual desembocó en sublevaciones
que fueron enérgicamente aplastadas por Roma y que terminaron con la
expulsión de estos de Palestina. A raíz de ello, el judaísmo
se extendió por todo el mundo y dado que su doctrina no chocaba excesivamente
con la del cristianismo (Además de tener denominador común), se
asentaron preferentemente en países que profesaban esta religión.
Salvo momentos puntuales (Como su expulsión de España en 1.492
por los Reyes Católicos), y a medida que pasaba el tiempo, se iban integrando
más, pero aún seguían siendo una comunidad aparte. A pesar
de ello se produjeron algunas persecuciones, concretamente en la Rusia zarista
a finales del siglo XIX, que provocó un nuevo éxodo esta vez de
vuelta a su tierra. El destino de los exiliados se fijó en Palestina,
de este modo empezaron a concentrarse en comunidades agrarias o kibutz que a
su vez se ubicaron en una nueva ciudad, Tel Aviv, a orillas del Mediterráneo.
Con motivo de la creciente población judía en lo que hace veinte
siglos fue su hogar, empezó a germinar un movimiento sionista enfocado
a la unidad y a la creación de un estado propio en la que fue su tierra
prometida.
Tropas británicas en busca de saqueadores árabes
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A finales de la Primera Guerra Mundial, Gran Bretaña conquistó
Palestina, alcanzando Jerusalén el 9 de diciembre de 1.917 e instaurando
un gobierno militar. Por aquel entonces Palestina era una región de Siria
y tras la guerra, la Liga de las Naciones en un plan que pretendía ofrecer
la independencia a las colonias, separó esta región de su país
y otorgó el mandato a los ingleses (Conferencia de San remo, 1.920) para
que se encargaran del proceso de independencia. Esto dio paso a un nuevo gobierno
civil tras dos años y medio de gobierno militar. Esta ocupación
resultó beneficiosa para el país ya que se vio profundamente modernizado,
sobre todo a través de las obras públicas. Con este crecimiento,
las poblaciones árabe y judía se distanciaron concentrándose
cada una en los nuevos barrios construidos. Esto provocó tensiones que
terminaron con revueltas y altercados contra la población judía
por parte de los musulmanes palestinos en los años 1.920 (Atentados terroristas)
y 1.929 (Disturbios en general) y de una forma más drástica y
a mayor escala con al Rebelión Árabe de 1936-39. Cierto es que
también algunas facciones de extrema derecha judía perpetraron
atentados contra los árabes e ingleses. En el caso de los segundos, conviene
resaltar que a partir de los años 30, el gobierno británico
en Palestina simpatizó bastante más con los árabes del
lugar que con la población judía, lo que agravó aun más
la situación de estos.
Con la llegada al poder de Hitler en 1.933 los judíos alemanes comienzan
a sufrir las consecuencias del antisemitismo del régimen nazi que cada
vez van haciéndose más crudas y agresivas. Con el comienzo de
la Segunda guerra Mundial ya no existe traba alguna para la persecución
judía y además esta se va extendiendo por toda Europa a medida
que Alemania ocupa nuevos territorios. Solo en Polonia y Rusia se capturaron
o ejecutaron más de 4 millones de judíos. Para incrementar la
eficacia de las ejecuciones, en los campos de concentración se construyeron
cámaras de gas y hornos crematorios donde mataban a centenares diarios.
Se estima que durante la guerra fueron asesinados 6 millones de judíos.
Muchos no podían o querían volver a su país de origen así
que también pusieron rumbo a Palestina. La población hebrea en
aquella región crecía cada vez más rápido. Estos
factores favorecieron al movimiento sionista palestino que propugnaba la creación
de un estado propio.
En 1.947 el asunto palestino pasó a competencias de la recientemente
creada Organización de las Naciones Unidas que sometió a votación
la separación de Palestina en dos nuevos estados, uno de mayoría
hebrea y otro de mayoría árabe. El 29 de noviembre de ese mismo
año se celebró la
votación
que se saldó
con la aprobación de la creación de los nuevos estados y la designación
de Jerusalén como ciudad internacional. En ese momento, la población
de Palestina estaba formada por 1.100.000 árabes musulmanes, 615.000
judíos y 145.000 árabes cristianos.
Guerra de la independencia
La situación en palestina se recrudecía por días. Los atentados
dieron paso a las batallas abiertas. El gobierno inglés no permitía
a los israelíes armarse y mucho menos crear facciones, pero igualmente
estas se formaron en la clandestinidad. La mas importante era la Hagana, coordinada
por la Agencia Judía, la cual a su vez lideraba David Ben Gurion. La Hagana
contaba con unos 30.000 efectivos. Dentro de esta, existía el Palmach,
una unidad de comandos de élite que gozaba de cierta independencia y que
contaba con unos 3.000 efectivos. Finalmente estaba el Irgun, un grupo terrorista
de extrema derecha que era independiente de los anteriores ejércitos y
que estaba formado por unos 2.000 miembros. Estos 3 eran los principales grupos
armados hebreos, si bien había algunos más pero de menor importancia.
Los enfrentamientos entre árabes e israelíes se iban intensificando.
David Ben Gurion, que deseaba la creación del estado judío respetando
las delimitaciones de la ONU, asumió el mando estratégico y principal
de las fuerzas hebreas, quedando el mando táctico en manos de Israel
Galil. El Irgun por su parte se mantuvo al margen y que era mucho mas radical
y pretendía la creación del nuevo estado en todo el territorio
palestino.
Convoy de suministros procediente de Jerusaén en enero de 1.948
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Una de las directrices de Ben Gurion era la de proteger todos los asentamientos
judíos, y una pieza clave fue Jerusalén. Esta ciudad representaba
grandes valores religiosos para los hebreos, y dado que estaba claro que los
árabes no respetarían las decisiones de la ONU, se decidió
que esa ciudad debería pasar a control israelí. Esto planteaba
un serio problema, ya que esta ciudad se encontraba alejada al este de la costa
donde los judíos tenían mayor poder. Jerusalén se encontraba
rodeada de árabes y estos además iniciaron una estrategia consistente
en rodear los principales asentamientos judíos y cortar las comunicaciones
entre estos. Esto dio lugar a la “Batalla de las Carreteras” para
poder garantizar los convoyes y comunicaciones entre los asentamientos y que
se fue desarrollando a través de escaramuzas a pequeña escala.
Por el lado árabe, sus filas se veían engrosadas por efectivos
militares de los países árabes limítrofes que ya contaban
con un importante entrenamiento militar, por el lado judío, estos se
vieron sometidos a un importante control y restricciones sobre su emigración
a Palestina al controlar los ingleses Haifa, principal puerto del país,
si bien, si se mantuvo un cierto trafico entre los que se encontraban judíos
curtidos en la Segunda Guerra Mundial con gran experiencia en el combate y que
fueron los encargados de entrenar y liderar a las tropas de la Hagana.
Ejemplo de la situación reinante. Este agricultor
porta un fusil mientras realiza operaciones agrícolas.
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Al sur de Jerusalén se encontraba Gush Etzion, una pequeña concentración
judía formada por 4 kibutzin (Pequeños Kibutz) que seria el escenario
de una de las primeras confrontaciones importantes. El 14 de enero de 1.948
una legión árabe inició una marcha que les llevaba a este
asentamiento con la intención de tomarlo. El pelotón del Palmach
asignado para la defensa del sector recibió un viso por radio desde un
kibutzin cercano informándole de las características de la fuerza
atacante, su emplazamiento y un dato muy importante; Se encontraban desayunando.
Estos aprovecharon esa situación de guardia baja por parte del enemigo
para rodearles y asaltarles provocando su retirada. Tras esta derrota y otra
sufrida a en otro ataque por parte del ejercito de liberación árabe
(Con respaldo de Siria), los árabes se mostraron mas cautelosos pasando
a los ataques terroristas mediante 2 atentados; El 22 de febrero una detonación
en la calle Ben Yehuda en Jerusalén sesgó al vida de 47 judíos.
Otra el 11 de marzo también en Jerusalén, en esta ocasión
un coche bomba frente a la sede del gobierno judío que mató a
12. Al margen de los atentados, también se dedicaron a la hostigación
de convoyes y ataques puntuales desde posiciones seguras en las alturas. Ya
en abril, Jerusalén se convirtió en un campo de batalla abierta
donde se lucha entre barrios. Aunque los judíos siempre resistían
los ataques y obtenían victorias, la ciudad estaba sitiada y no podían
reponer sus soldados caídos ni tampoco recibir suministros a causa de
los ataques a los convoyes. En esta situación Ben Gurion pasó
a la ofensiva en la operación Nachshom. En el caso de la ciudad sitiada,
el Palmach recibió órdenes de abrir un corredor para permitir
los abastecimientos. El punto clave era una colina a las afueras de Jerusalén
que controlaba toda la región y que ya había sido usada por romanos
y cruzados como fuerte, el cual aún se mantenía en pie y que estaba
bajo control árabe. El 3 de abril se lanzó el ataque que se alargó
durante 6 días con los judíos ocupando la colina pero incapaces
de tomar el fuerte (Apodado “El castillo”). El comandante de las
fuerzas árabes en la zona, Abdul Kader Husseini, temiendo lo peor solicitó
el apoyo de las fuerzas irregulares, pero durante el ataque este resultó
muerto, suponiendo un grave batacazo para la moral de las tropas. Otro marcado
incidente fue el ataque a un pueblo por parte del Irgun en el que asesinaron
a sangre fría a numerosos habitantes entre los que se encontraban mujeres
y niños. Esto supuso la total ruptura de Ben Gurion con este movimiento,
y además negó cualquier relación con el incidente.