6. Es evidente que, en estas condiciones, la intervención de España no solamente no reportaría ventajas al Eje, sino que, por el contrario, le ocasionaría un considerable perjuicio, al tener que atender nuestras necesidades (que entonces serían suyas) acrecentadas por la guerra sin disponer de las comunicaciones indispensables. Por otra parte, la cuestión de Gibraltar es, en cierto modo, secundaria en orden a la influencia de Inglaterra en próximo Oriente, mientras cuente con el mar Rojo y el Canal de Suez para sostener a las fuerzas de tierra, mar y aire, que operan en la región.
7. Parece desprenderse de éstas que, por una razón casi de imposibilidad de material, España no intervenga en la lucha en tanto que el canal de Suez esté en poder de los ingleses.
8. Ahora bien, el día que el canal de Suez sea ocupado por la potencias del Eje la situación cambiará completamente de aspecto. Inglaterra será desalojada del próximo Oriente, y para que el Mediterráneo quede completamente fuera de la acción de las fuerzas navales inglesas y puedan ser plenamente aseguradas las comunicaciones a través de dicho mar, lo que será necesario para conseguir la ordenación económica del viejo mundo, será preciso inutilizar la base naval de Gibraltar, lo que exigirá la entrada de España en la guerra.
9. Esta intervención no tendrá en tal caso los inconvenientes señalados en el punto 5, pues disponiendo del Mediterráneo se podría aprovisionar a España por vía marítima, con plena garantía, una vez que quedara en manos del Eje, el estrecho de Gibraltar
10. En resumen, todo parece indicar que, antes de la citada caída del canal de Suez, España no entrará en la guerra, pero que tan pronto como dicho canal pase a pode de las potencias del Eje cambiarán fundamentalmente los aspectos de la cuestión y cabe pensar en que Vuestra Excelencia decida nuestra intervención en el conflicto.
11. La situación en tal caso, sería, en aspecto general, la siguiente:
a. Nuestras comunicaciones marítimas por el Atlántico quedarían
absolutamente cortadas e incomunicadas las Canarias y Guinea con la Península
b. Es posible que Inglaterra, al perder las base del Mediterráneo, trate
de apoderarse de Azores y Cabo Verde para asegurar sus comunicaciones atlánticas;
de Canarias, con el mismo objeto y para mantener bases de submarinos con los
que operar en el Mediterráneo, pues aunque cerrado a los buques de superficie,
nunca podrá cerrarse de una manera absoluta a los submarinos, y quizás
también alguna posición en la costa de Portugal, posiblemente
el propio puerto de Lisboa, resucitando la posesión excepcional de Torres
Vedras, si bien con las modernas armas no tendrá las mismas características
defensivas que al principio del siglo pasado.
c. España quedaría con su litoral cantábrico-galaico y
el golfo de Vizcaya en vanguardia del dispositivo europeo, y con Canarias y
Guinea fuera del mismo y sin enlace de la metrópoli
Carrero en muy conciso en estos puntos, supedita la entrada en la guerra, al
éxito de las Fuerzas italo-germanas en África. La caída
de Suez supondría para los ingleses un duro golpe que continuaría
con la entrada de las fuerzas del Eje en Oriente Próximo.
Con un mar cerrado, España podría ser abastecida sin problemas
y la ocupación de Gibraltar no supondría problemas logísticos
importantes.
Los problemas serían entonces tres: Canarias, Guinea y Portugal. Parece
que Carrero deja entrever que una acción contra Portugal sería
la forma definitiva de controlar el Mediterráneo y controlar las posesiones
portuguesas más interesantes para los británicos.
En los siguientes puntos expone lo necesario para llevar acabo la misión
de mantener cerrado el estrecho, exponiendo como esta la situación y
previniendo los lugares de mayor interés para los ingleses.
12. La misión principal de España consistirá en mantener cerrado el Estrecho por medio de la doble acción de artillería en la costa y de fuerzas de flotilla de mar. Al Este de este dispositivo ofensivo, la Marina tendrá que asegurar la protección de antisubmarina de comunicaciones mediterráneas como cuestión fundamental, pues de ellas dependería exclusivamente la vida del país y que, por estar más próximas al Estrecho de Gibraltar, con mayor intensidad sufrirían ataques de los submarinos ingleses.
13. Nuestro litoral del Atlántico quedará expuesto a los ataques
ingleses, y en este orden de ideas los lugares más interesantes a defender
son:
a. La zona industrial de El Ferrol del Caudillo, atacable por aviones, pero
bien defendida contra los buques.
b. La zona industrial de Bilbao, atacable desde el mar y desde el aire por aviones
procedentes de portaviones.
c. El puerto de Avilés (zona carbonera)
d. La línea de cabotaje (tráfico de carbón) Avilés-Bilbao,
que sería indispensable, porque las comunicaciones terrestres probablemente
no darán el rendimiento necesario para abastecer a los altos hornos de
Bilbao.
e. La zona industrial de Cádiz (factoría de San Carlos)
f. Es posible también, aunque menos probable, que los ingleses intentaran
algo contra las Rías Bajas, absolutamente indefensa en la actualidad;
esto dependería de la situación de Portugal.
14. Es evidente que la defensa del litoral Norte no puede confiarse a nuestras
fuerzas de superficie, enormemente inferiores a las inglesas. Su rendimiento
será absolutamente nulo, o quedarían encerradas en Ferrol o serían
fácilmente destruidas por fuerzas tres o cuatro veces superiores, sin
sacar ningún provecho de unos buques que tienen su papel específico
e indispensable en la protección antisubmarina del tráfico en
el Mediterráneo. Por otra parte, en las condiciones que habrían
de presentarse ninguna fuerza de superficie de alguna importancia podría
operar desde Ferrol, porque no habría medio de abastecer de combustible
a dicha base
15. Ferrol tendrá que ser simplemente base de submarinos, cuyas necesidades en orden al combustible son mucho menores. Ferrol es además, una magnifica posición para atacar las comunicaciones inglesas.
16. La pesca, aspecto importante para nosotros, quedaría notablemente perjudicada y limitada aún con riesgos, a las proximidades de la costa, pues sin poder naval no puede protegerse la explotación de las riquezas del mar, que es una manifestación del ejercicio del dominio del mar.
Carrero acertadamente señala los lugares más comprometidos para
la economía española, intentando por todos los medios que no se
resienta ni la producción industrial, fundamental en guerra y también
la pesca, provisión de alimentos para la población.
Parece muy correcta las afirmaciones sobre el poder naval español, que
debería concentrarse en el Mediterráneo contra submarinos ya que
contra naves de superficies serían inútiles. Como también
lo es Ferrol, que solo sería base de submarinos que servirían
para hostigar a los británicos.
Este último punto era muy apreciado por los germanos y muchos de sus submarinos repostaron en Ferrol durante la guerra.